Oliver CG

¿Actualizaciones de software? ¡Cuidado!

Hace unas semanas empezaba a hablaros de las actualizaciones de software y del por qué se debe actualizar siempre. Varias y buenas fueron las razones que di pero hoy estoy aquí para hablaros del por qué hay que actualizar siempre con cautela, o ni siquiera hacerlo, y, en el caso de actualizar, cómo podemos intentar reducir al mínimo los posibles problemas derivados de este proceso. ¡Continua leyendo!

 

Obsolescencia programada

Esta vez vamos a empezar por el plato fuerte del asunto. Quizás hayáis escuchado algún rumor de esta práctica que siguen las empresas grandes (y no tan grandes) para fomentar el continuo consumismo de sus productos actuales y futuros. Algunos de los casos mas sonados son el de las bombillas de filamento (sí, el tipo que inventó Thomas Alva Edison) que llevan encendidas mas de 100 años siendo la mas longeva la de un parque de bomberos de California con 118 años, y cuando Italia multó esta practica por parte de Apple y Samsung, dos de las empresas mas punteras en cuanto a tecnología se refiere.

La idea es simple: intentar reducir la vida útil de cualquier dispositivo para que el usuario este forzado de alguna forma a adquirir uno nuevo en un plazo de tiempo mínimo. El problema es que, al margen de ser una practica un tanto sucia, en algunos casos es demasiado evidente, llegando a tener que adquirir un producto nuevo en menos de un año.

Al principio, esta practica se realizaba a través de los propios componentes de los dispositivos reduciendo los costes de producción al usar componentes de peor calidad, o incluso añadiendo un chip específico que hiciera este trabajo pasado cierto tiempo. Hoy en día, se ha reemplazado esta forma de aplicar esta practica y se está llevando a cabo a través de actualizaciones de software como el caso que he mencionado anteriormente de Apple y Samsung. Captando tu atención, te ofrecen mejoras funcionales o de seguridad para que actualices tu sistema y, de paso, introducir cambios en el para que empiece a fallar o se decremente su rendimiento.

Si es la primera vez que oís esto, os recomiendo el documental de TVE2 en el que se habla extensamente de esto, ¡muy interesante!

 

Actualizaciones mayores aún inmaduras

Otro de los motivos por los que no debes actualizar a la primera de cambio es en el caso de los grandes saltos de versiones. A finales del año pasado, WordPress lanzó la nueva versión 5.0 cargada de novedades de entre la que destacan su nuevo editor visual Gutenberg. Se trató de una actualización mayor, pues incluye muchas mejoras y cambios, y de hecho así se hace saber en la versión, que pasó de la 4.9.8 a la 5.0.

Fuimos muchos los que nos aventuramos a actualizar rápidamente, pero no es una práctica recomendable para principiantes, pues los grandes cambios suelen venir acompañados de fallos y «bugs» que aún se tienen que pulir. Basta comprobar el historial de versiones de WordPress para darse cuenta que sólo 6 días después, se lanzó la versión 5.0.1 en la que se revisaba mas de 12 archivos de WordPress para arreglar fallos.

Otro de los ejemplos para ello es el de Microsoft Windows 10 y sus actualizaciones como la October update de 2018. Han sido tantos y tan problemáticos que incluso Xataka los ha recopilado todos en un mismo artículo. Entre ellos se encuentran la pérdida de archivos personales (como podía ser material audiovisual personal o trabajos) o que la pantalla o el sonido dejen de funcionar.

 

Estoy dispuesto a actualizar, ¿qué medidas tengo que tomar?

Esperar

Es la primera y quizás más importante. Dejar entre unas semanas y un mes que se asiente esa versión y darle tiempo a los usuarios a reportar posibles problemas. Esto te da ventaja pues probablemente cuando actualices sea a una versión con arreglo de fallos y mejoras implementadas.

¿Y si no quiero esperar?

Al menos te recomiendo que «Googlees» e indagues un poco del tema. Seguro que encuentras un foro especializado en el que se está empezando a hablar de esa actualización y te hagas una idea de los posibles problemas o fallos que puedes encontrarte. Es una manera de estar prevenido y anticiparte a cualquier inconveniente después o incluso durante el proceso de actualización.

¡Le doy a actualizar ya!

😂Vale vale, dale ya, pero haz una copia de seguridad de toda la información sensible que puedas tener o incluso un «backup» de todo el sistema para poder restaurarlo a la versión actual que tienes. Este paso debería ser obligatorio siempre si no queremos entrar en el abismo de ir buscando en Google «Cómo recuperar mis archivos perdidos» durante horas sin éxito…

En el caso de Microsoft Windows dispone de su aplicación de Restauración del sistema y sus puntos de restauración; en el caso de un móvil iOS o Android, éstos de ofrecen planes de almacenamiento en la nube para almacenar las copias de seguridad e incluso tus datos personales; y, en el caso de tu página web (independientemente de la plataforma que tengas) siempre puedes crear y gestionar tus copias de seguridad a través de tu proveedor de «hosting».

 

Espero que después de estos dos artículos te vayas con una mejor idea de lo que significa actualizar y del por qué no es una tarea de la que debas pasar. Espero que te animes a hacerlo en tus dispositivos y, si tienes algún problema antes, durante y después de dicho proceso, no dudes en ponerte en contacto conmigo usando alguna de las vías de comunicación o a través del formulario superior derecho. Estaré encantado de ayudarte y dejar tu sistema como nuevo 👍🏻

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